Pocas son las personas a las que no les gustaría poner en su hogar algún rincón donde la Piedra Natural sea su principal protagonista: una escalera, el suelo de un salón, una chimenea, el rincón de la barbacoa, o más comúnmente las encimeras del baño y la cocina. La principal duda que se plantea, ante la idea de poner piedra natural en nuestro hogar, no es, como muchos piensan, el coste de la misma, sino: ¿Cómo limpiarla?
Vamos a intentar ser lo más completos posible en cuanto a cómo hacerlo. Primeramente daremos soluciones “caseras”, aquellas que están más al alcance de nuestra mano, entre los productos habituales que usamos en casa para la limpieza.
Soluciones caseras para distintos tipos de manchas
Lo mejor para limpiar la Piedra Natural, ya sea granito, mármol, arenisca o pizarra, es agua con un poco de jabón con un pH neutro, como el del lavavajillas. También podemos hacerlo con agua y un poquito de amoniaco o agua con un poquito de lejía. Aunque creemos que es mejor el amoniaco porque no es un producto ácido, sino una base y daña menos la piedra natural. Lo que no debemos hacer nunca es mezclar el amoniaco y la lejía; esta mezcla genera unos vapores tóxicos que son perjudiciales para nuestra salud.
En la limpieza debemos utilizar una esponja, un trapo suave o un cepillo muy blando, para evitar que arañar la superficie de la piedra natural, y el sentido de la limpieza debe ser haciendo círculos. A continuación hay que aclarar muy bien y secar rápidamente con un paño suave. Si lo dejamos secar al aire es posible que nos queden manchas blanquecinas y sin brillo.
Grasas: No solo la encimera de nuestra cocina se mancha de grasa, también las barbacoas y los suelos de aquellos lugares en los cuales realizamos las comidas en nuestra casa o allí donde hemos puesto alguna vela decorativa, o productos de cosmética que dejan su huella. Las barbacoas y el suelo que las rodea suelen ser piedra sin tratamiento, no están pulidas y son muy porosas. Un remedio eficaz son los polvos de talco. Aplicamos una buena cantidad sobre la mancha, lo cubrimos y dejamos que actúe durante unos cuantos días. . Si al retirarlo no se ha eliminado del todo hay que repetir la operación. Otro remedio es mezclar bicarbonato de sosa y un poco de agua, tapar y dejar actuar.
Herrumbres: Las manchas que quedan porque algún metal se ha oxidado en contacto con la piedra, se limpian con una mezcla de zumo de limón y sal. Hay que tener muy en cuenta que el limón es ácido, por lo que hay que dejarlo actuar poco tiempo, ya que puede comerse el brillo de la piedra. Hay que aclarar con bastante agua y secar. Si es una caliza o un mármol pulidos, se perderá el brillo.
Orgánicas: Son las manchas que dejan algunos alimentos, el café, hojas en descomposición y mohos, líquenes, etc. Lo más eficaz, si no lo hemos conseguido limpiar, como indicábamos al principio, con agua y detergente o amoniaco o lejía, es una disolución de agua oxigenada (peróxido de hidrógeno) y unas gotas de amoniaco y dejarlo actuar.
Pintura y tinta: Estas manchas son un poco más complicadas. Ambas se limpian con disolventes o decapantes para la pintura. Hay varios tipos, los más corrientes son el cloruro de metileno o el alcohol mineral. Atención al cloruro de metileno, es peligroso. Y para la tinta también podemos probar con agua y lejía, en piedras de colores claros o acetona en las de colores oscuros.