La piedra es aparentemente dura y sólida y es capaz de transformarse en confort y elegancia en cualquier espacio (interior o exterior). Y es que la piedra natural se presenta como una opción muy versátil para los suelos y otras aplicaciones.
La piedra natural, pensada como pavimento, aporta unos atributos estéticos innatos únicos que realzan el nivel deco de una estancia, pudiéndose también extender hacia las paredes para incrementar dicha diferenciación, tanto en interiores como en exteriores. Es más, dependiendo del tipo de piedra elegido, el resultado es absolutamente diferente. A pesar de que el mármol es uno de los más demandados, cada vez más se tiende al uso de piedra sinterizada o granito en infinidad de colores y acabados (con o sin tratamiento).
¿Por qué elegir piedra?
Por varios motivos y porque una reforma es la excusa perfecta para aprovechar sus ventajas. A la elegancia ya comentada por la variedad de formas y texturas, no hay que olvidar que es un material que incrementa el valor de la propiedad. Dicho lo cual, a efectos prácticos hay que tomar nota que la piedra natural o la sinterizada es muy resistente a los cambios de temperatura, absorbiéndola sin deteriorarse. Esto se traduce en un ahorro energético, dado que permite reducir los costes de calefacción debido a sus propiedades térmicas. Los costes de mantenimiento también son mínimos, sin necesidad de pintura y manteniéndose impertérrita a posibles golpes o rayadas. La piedra es 100% ecológica, un impacto en la calidad de vida que el usuario agradece, también propiciado por el confort que este material aporta a las estancias. Y es que acústicamente, gracias a que no permite traspasar las vibraciones, los espacios también se proyectan como ambientes tranquilos y armoniosos. Los profesionales del sector también saben que la higiene es una de las reclamaciones domésticas principales, de ahí que apliquen a la piedra tratamientos que le proporcionan destacadas propiedades antibacterianas convirtiéndola en una superficie segura y limpia. En los interiores, la piedra tiene uso en suelos y también como revestimiento o aplacados, siendo la zona de la chimenea uno de los rincones preferidos para colocarla. Pero escaleras, encimeras, fachadas e incluso mobiliario como la mesa s son otras de las posibilidades que ofrece este material, que es casi eterno.
¿Qué es?
La piedra es uno de los materiales de construcción más antiguo que se conocen. Gracias a su estética atemporal y elegante, se integra perfectamente en todo tipo de estancias. Además, su abanico de posibilidades es muy amplia en cuanto a tamaños, colores, formas y texturas. La dureza es otra de sus características, valorada según la escala de Mohs, de menos a más. La piedra se puede instalar tanto en paredes como en suelos y fachadas, y en interior o exterior. El baño es uno de los espacios más demandados para instalar piedra natural o sinterizada, dada su alta resistencia a la humedad.
Tipos de piedra
Sintetizada. Piedra natural compuesta por minerales provenientes del granito, del vidrio, el sílice y óxidos naturales. Extremadamente resistente. Ideal para interior, exterior, fachadas, etc.
Mármol. Muy resistente a la humedad. Requiere de pulido cada cierto tiempo.
Pizarra. Dura y compacta, es resistente, impermeable y de gran duración.
Granito. Es la más dura y resistente a la erosión. No tiene casi poros.
Cuarcita. Lisa o rugosa, con bonitas vetas y colores, es perfecta para exteriores.
Caliza. Es dura y nada porosa. Presenta unas ligeras vetas en tonos naturales.
Arenisca. Roca sedimentaria de color variable, es resistente al desgaste, la erosión y la corrosión. Se puede cortar y pulir para crear piezas ornamentales.